Las Iglesias Orientales Católicas XI: rusos y bielorrusos

 Lăudat să fie Isus!

Seguimos en nuestro viaje por las iglesias bizantinas católicas, ya casi terminando pues, entre esta semana y la que viene, terminaremos con las iglesias bizantinas. Hoy, al igual que con el artículo de la iglesia greco-católica albanesa y la italo-albanesa, vamos a hacer un dos por uno, pues quiero hablar de dos iglesias sui iuris muy vinculadas la una a la otra, la rusa y la bielorrusa.

Bielorrusia fue parte de la Rus de la Kiev hasta que, en el s. XIII, fue conquistada por Lituania. Antes de esto había estado en manos de los varegos, vikingos venidos principalmente de Suecia. Tras un tratado en 1385 entre Lituania y Polonia, la región de Bielorrusia queda en manos de estos últimos. Los habitantes de la región, por lo tanto, asumen el catolicismo romano y la lengua polaca como la principal. El polaco, de hecho, ha sido lengua predominante en el oeste de Bielorrusia hasta 1939. En 1595, con la unión de Brest, de la que ya hablé en el artículo sobre la iglesia greco-católica ucraniana, surgió una comunidad greco-católica en Bielorrusia, venida de la ortodoxia rusa. Pero, debido a la expansión del imperio ruso, que en 1793 ocupó Minsk, y dos años después se repartió el resto de la región con Prusia y Austria. Así, el 12 de marzo de 1839, el zar Nicolás I (el de Anastasia no, ese ea su nieto) decreta la abolición de los greco-católicos, forzando a todos los miembros de la iglesia greco-católica a unirse al patriarcado de Moscú. 

Nicolás II (este sí que es el padre de Anastasia), nieto de Nicolás I, decretó en 1905 la libertad religiosa de los rusos. Esto permitió que los greco-católicos pudieran libremente volver a formar parte de la Iglesia. Pero la inmensa mayoría de estos fieles, más de 200.000, se hicieron de rito romano. No fue hasta después de la I Guerra Mundial cuando un grupo de unos 30.000 fieles, muchos de ellos de la zona polaca de la región bielorrusa. Aunque el resurgimiento de la iglesia greco-católica fue muy tortuoso,  el papa Pío XI envió a un obispo, Mykola Czarneckyj, a Bielorrusia, pero fue arrestado y murió tras trece años en Siberia, fue beatificado por San Juan Pablo II en 2001. El metropolita de la iglesia greco-católica ucraniana, Sheptystsky, nombró al jesuita de origen bielorruso Anton Niemancevič como responsable de los fieles greco-católicos de Bielorrusa en 1940. El 4 de julio de 1942 fue arrestado por la Gestapo y, al poco tiempo, murió en la prisión de las SS en Berlín.

Tras la II Guerra Mundial, Bielorrusia cayó completamente en manos de la Unión Soviética, quien se anexionó la parte polaca y rusificó la zona de forma brutal, expulsando o matando de hambre (como parte del Holodomor) a la población de habla polaca. La Iglesia fue durísimamente perseguida. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, los greco-católicos bielorrusos empezaron a reorganizarse como comunidad independiente.

Actualmente la iglesia greco-católica bielorrusa está conformada por dos arciprestazgos independientes, cada una a cargo de un responsable que no es obispo. En la zona occidental manda el arcipreste Andrey Ablameyka. El hieromonje Leontiy, abad del monasterio de los Santos Boris y Glebs en Polock, encabeza el arciprestazgo oriental. Jan Sergiusz Gajek es el archimandrita que ha sido nombrado como visitador apostólico para los bielorrusos. La población de la iglesia greco-católica bielorrusa comprende, actualmente, a unos 15.000 fieles. Aunque se estima que en toda bielorrusa puedan haber hasta 100.000


Por otro lado tenemos a la iglesia greco-católica rusa. Aunque hubo un primer intento de vuelta a la comunión en 1441, tras el concilio de Florencia, los resultados no fueron muy buenos. El zar Basilio II el Oscuro mandó arrestar a Isidoro de Kiev, pero este logró huir. El zar nombró a Jonás como metropolita y este anuló todos los efectos de la unión. Poco después se declaró la independencia de la iglesia ortodoxa de Rusia con respecto a Constantinopla. En el siglo XVIII hubo una vuelta por parte del Patriarca Nikon a las tradiciones más griegas en la liturgia, dejando de lado las eslavas. Esto dividió al Patriarcado de Moscú en dos, por un lado los viejos creyentes, que se opusieron a la reforma de Nikon, y por otro los llamados cismáticos, que siguieron a Nikon. No voy a detenerme mucho en este tema al que algún día quisiera dedicarle un artículo propio. Del frupo de los viejos creyentes surgieron varias tentativas para volver a la comunión con Roma. Pero no fue hasta1893, cuando un sacerdote pidió, junto a su comunidad, volver a la comunión. No obstante la apenas incipiente comunidad greco-católica se enfrentó a muchos problemas pues hasta el decreto, antes nombrado, del zar Nicolás II no pudo ser legalmente reconocida. En los tiempos previos al decreto del zar, brilla la figura de Vladimir Soloviev, un laico filósofo, teólogo, poeta y escritor ruso, cuyas obras son valiosísimas para entender la realidad del cristianismo en Rusia. 

En 1907 se crea una pequeña comunidad, pero unos pocos años después son expulsados por los bolcheviques quienes, aunque aún no gobernaban, tenían ya muchísimo poder e influencia. En mayo de 1908 Aleksei Zerchaninov, fue nombrado sacerdote responsable de la comunidad greco-católica rusa. Era una persona idónea pues había sufrido la persecución, llegando a ser encarcelado en 1898, a parte de ser amigo de Leonid Feodorov, el primer exarca de la iglesia greco-católica rusa, del que fue secretario. La vuelta a la comunión con Roma fue creciendo, sobre todo en la comunidad de los viejos creyentes. Poco después de la revolución bolchevique, el primer sínodo de la iglesia greco-católica rusa, bajo la guía del metropolita Sheptystsky, de la iglesia greco-católica ucraniana. Este sínodo nombró a Feodorov exarca. Pero el futuro de la iglesia greco-católica rusa bajo el nuevo régimen o va a ser un camino de rosas sino todo lo contrario. Una vez más el odio del comunismo va a arrasar con todo, y los rusos pagarían con su sangre la fidelidad a Dios, a la Iglesia y al Evangelio. 

Feodorov fue arrestado y procesado por ser supuestamente contrarrevolucionario. Fue enviado al campo de concentración de Solovky, donde estuvo 10 años. Allí ejerció su ministerio atendiendo a los fieles greco-católicos, también a los ortodoxos en la medida que le era posible. Cuando en 1929 la celebración de la Divina Liturgia fue prohibida, Feodorov siguió ejerciendo su ministerio en secreto, organizando Liturgias clandestinas. Fue trasladado a otro lugar, donde siguió enseñando la fe y, finalmente, falleció en 1935, tres años después de su liberación. Tras su fallecimiento fue nombrado para sucederle en 1939 Klymentiy Sheptytsky (hermano de Andrey, metropolita de la iglesiagreco-católica ucraniana). Durante la II Guerra Mundial los hermanos Sheptystsky se dedicaron a esconder judíos del régimen nazi. En ese tiempo la persecución por parte de los rusos fue menor, porque estaban ocupados con la guerra. Esta acción le valió el reconocimiento de Justo entre la Naciones en 1995 por parte del pueblo judío. 

Tras la guerra volvió la persecución, muchos sacerdotes fueron arrestados y enviados a los Gulags, donde la mayoría fallecieron a causa de las condiciones inhumanas. Sheptystsky no fue una excepción. Fue arrestado en 1947 y, tras ser torturado y presionado para abandonar su fe y hacerse ortodoxo, fue enviado al campo de prisioneros de Vladimir, en Rusia, donde falleció en 1951. Ambos jerarcas, Feodorov y Sheptystsky, fueron beatificados en 2001 por San Juan Pablo II. 

Tras el fallecimiento de Sheptystsky la iglesia greco-católica rusa no ha tenido jerarquía propia. En 2005 fue nombrado como ordinario el obispo latino de San Petersburgo, Joseph Wert. La iglesia greco-católica rusa ha crecido muy moderadamente debido a la fuerte presion por parte del patriarcado ortodoxo para que no se extienda la iglesia católica en su territorio. No obstante ha habido crecimiento teniendo en la actualidad la iglesia greco-católica rusa unas 18 comunidades. Aunque su número de fieles, junto a la iglesia bizantina católica griega, es el más reducido, no llegando a los 5.000.

En fin, termino ya con estas dos interesantes iglesias. En la parte de arriba de la página principal hay unos enlaces de interés a las distintas iglesias orientales católicas. La página greco-católica rusa, aunque lleve algún tiempo sin actualizarse, tienen mucha información al respecto muy interesante. 

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